De Gregory Mayí
Ahorro, ahorro, ahorro… Cuando se trata de vacaciones, esto es importante y no siempre tener una buena tarifa en la habitación de tu hotel es sinónimo de ello. Hay que hacer mucho más pero en ocasiones es asunto de estar preparado y poner algunas de estas ideas en práctica:
- No busques habitaciones con vista. Siempre son más caras las que miran al mar, a los mejores jardines o a las montañas. Si lo ves anunciado como “habitaciones con vista” significa que te cobrarán extra por eso. Recuerda que cuando salgas de la habitación también disfrutarás de las bellezas del lugar. ¿Vale la pena pagar extra por eso? Tú decides.
- Asegúrate de que tengan dos camas dobles. Si son más de dos personas ocupando la habitación, asegúrate que tendrá dos camas. De lo contrario, aunque te permitan cuatro personas, te cobrarán extra por la cama adicional (“rollaway bed”).
- No pidas “room service”. Ese lujo de comer en la habitación déjalo para cuando viajes en crucero o estés en un “todo incluido”. El resto de las veces, no te dejes vencer por la tentación y compra la comida para llevarla tú mismo, o ve hazlo directamente en los restaurantes del hotel. ¿Sabías que en casi todos te cobran además del precio e impuestos regulares, un cargo por llevarla, más la propina para el camarero? Suma y resta y verás por qué es uno de los cargos más grandes que tú puedes controlar ¡o no!
- No uses “valet parking”. Es verdad que es bien cómodo, pero te gastas varios dólares extras por día por esa comodidad y además tienes que sumarle la propina que tienes que dar cada vez que te traen el auto. Si el hotel solo tiene esa opción, considera cuánto te cuesta cuando estés analizando el costo de la habitación.
- Usa estacionamientos cercanos al hotel. Si el hotel está en un área segura, verifica si hay otros estacionamientos en los alrededores. A veces cuestan un 50% menos que el de tu hotel. Si te ofrece una seguridad similar, cuesta menos y está cerca, caminar un par de minutos ayudará a tu presupuesto.
- No consumir nada del bar. ¡Uf! Aquí tienes otros de los gastos grandes. Antes de tomarte hasta una botella de agua, mira cuánto cuesta y te sorprenderás. En ocasiones hasta más de cuatro veces su valor real. ¿Vale la pena? Solo en una emergencia, pero siempre lleva un par de botellas de agua en tu cartera o maleta, y sobre todo, tus bebidas favoritas, que son carísimas en los hoteles, especialmente en los “ mini bar” de las habitaciones.
- Sal a comer fuera. A menos que el hotel no tenga un restaurante de especialidad que quieras probar, investiga otras opciones de comida en los alrededores. Usualmente las hay, y más económicas. Pagar entre $15 y $20 por un desayuno normal es una exageración, y ese puede ser el costo en muchos de los hoteles.
- Usa el internet del “lobby”. Por suerte ya muchos hoteles ofrecen Internet gratuito, pero ¡no todos! Si el tuyo te cobra en la habitación, usa el del lobby que es gratuito o busca un internet café cercano. Usualmente te cobran por 24 horas, y recuerda que sólo lo usarás un par de horas.
- Revisa ofrecimientos de paquetes. La idea generalizada es que los “paquetes de habitación” que te ofrecen desayuno y otros servicios, como internet, por un costo distinto a lo que cuesta la habitación sola por noche, no valen la pena. Pero esto es un mito, antes de descartarlos investiga y saca tus cálculos. Tanto los paquetes familiares veraniegos o de los temporada baja podrían sorprendente de manera agradable.
- Investiga costos escondidos. Aprende a leer más allá de la tarifa por noche. Súmale impuestos y cualquier otro cargo que digan las “letras chiquitas”, antes de reservar y compara con otros hoteles.
- Fuente:https://encruceros.about.com